miércoles, 28 de febrero de 2007

GIST: diagnóstico


Tumor estromal gastrointestinal
c-Kit (CD117)

Debido a su rareza y a lo anodino de sus síntomas, es casi imposible sospechar de la existencia de un GIST. En todo caso, para descartar la presencia de un tumor en el interior del abdomen, el médico ordenará una TAC (escáner), una ecografía o una endoscopia. Si existe tal tumor y parece extirpable, será necesaria una intervención quirúrgica. Si, por el contrario, es inoperable debido a su extensión o si existen metástasis, se ordenará una biopsia aparte. En cualquiera de los dos casos, una muestra del tumor llegará al microscopio del patólogo. En el caso de que fuese un sarcoma, o incluso si el aspecto de las células sugiere que es un tumor benigno del tejido conectivo, el patólogo está obligado a realizar una tinción especial que aclare, sin lugar a dudas, si se trata o no de un GIST.
Este tipo de tinción se llama inmunohistoquímica y se basa, precisamente, en la relación de los GIST, pero no de otros tumores parecidos, con KIT. La muestra de biopsia se pone en contacto con anticuerpos diseñados para reaccionar con la proteína KIT y fijarse a ella, sobre la superficie de la célula. La unión del anticuerpo con KIT ocasiona un cambio de color apreciable al microscopio. En este caso, el patólogo informará que el tumor es 'KIT-positivo' y el diagnóstico de GIST estará hecho.
Un 5% de los casos de GIST es 'Kit-negativo', es decir, no se aprecia tinción alguna en la inumunohistoquímica. En estas situaciones se puede enviar la biopsia a algunos de los pocos centros en España que estudian directamente la existencia de mutaciones en los dos genes que están implicados en el origen de la enfermedad. Uno ya está comentado, es cKit, el otro se llama PDGFRA.
Como en cualquier cáncer, una vez llegado al diagnóstico, el oncólogo lo completará con radiografías, ecografías y escáneres de distintos órganos, para averiguar el alcance de la enfermedad y planificar el tratamiento.

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